La industra china pronto quemará la última etapa

La industria de defensa china ha seguido una hoja de ruta evidente. Primero compra la licencia de producción, como en el caso del Sujoi Su-27SK, o simplemente se hace con un ejemplar de referencia, como fue el caso del Sujoi Su-33. Tras producir copias del original, proceden a mejorarlo. En el caso del Su-27SK, China había firmado un acuerdo con Rusia para comprar 200 aviones desmontados en piezas y ensamblarlos localmente donde fueron bautizados como J-11. Cuando llevaban cien cazas construidos, suspendieron el acuerdo con Rusia. Y al tiempo, oh sorpresa, apareció la copia producida sin licencia ni ayuda rusa. En el caso del caza naval Su-33 se trataba de un prototipo que había quedado almacenado en Ucrania en el momento de la caída de la Unión Soviética. Ucrania no tenía portaaviones y los chinos en cambio sí tenían interés en desarrollar una aviación embarcada. Al tiempo, los chinos produjeron versiones mejoradas de ambos aviones. Así el caza Su-27SK dio lugar a la variante china J-11B y el caza embarcado Su-33 dio lugar al J-15 «Tiburón Volador». El último paso en este proceso de «gatear, caminar y correr» es desarrollar tecnología propia desde cero. Y a esa fase la industria aeronáutica militar chino llegó hace tiempo con el desarrollo de los aviones de combate invisibles al radar de 5ª Generación J-20 y J-31.

J-31-1

No está de más que recuerde que en todo este proceso siempre encontré voces que decían eso de «los chinos sólo saben copiar». Y en todo caso, como último argumento escuchaba eso de «bueno sí, han llegado a esa etapa pero les queda mucho para llegar a la siguiente». Por eso cuando en octubre de 2013 leí sobre el primer coche chino en alcanzar las cinco estrellas en el test EuroNCAP actualizado a 2013 titulé «La industria china sigue quemando etapas» a mi comentario en este blog sobre el progreso de la industria china. El mismo proceso se repite una y otra vez. Pensemos por ejemplo en los teléfonos móviles. China pasó a ser un país donde la mayoría de fabricantes ensamblaba sus teléfonos a tener marcas que producen modelos de gama alta.

Pero a la industria china le faltaba algo. Le faltaba ese algo que añade valor al producto de forma inmaterial: El diseño, la innovación, el prestigio, lo cool. Por un lado, salirse de lo establecido para crear algo nuevo es algo que resulta difícil en la cultura china. Conté aquí que lo descubrí en una reseña de un restaurante de Hong Kong que tiene el mérito de ser el más barato del mundo entre los premiados con una estrella Michelín:

«una civilización que desde hace siglos está convencida de haber logrado la perfección en sus realizaciones materiales está condenada a seguir repitiendo las mismas pautas una y otra vez»

China necesita gente creativa, que innove e invente. Las autoridades decidieron ponerle remedio de una forma peculiar. Hablé el año pasado en este blog de cómo el escritor Neil Gaiman descubrió en una convención de ciencia ficción en China que ese género ahora era permitido porque las autoridades chinas habían descubierto que era algo por lo que sentían interés de forma recurrente los innovadores de Silicon Valley. Las personas que según las autoridades chinas «estaban allí inventando el futuro».

Por otro lado, a la industria china le faltaba ese aura de prestigio y de lo cool. Allá por 2012, conté aquí cómo la marca deportiva Li Ning trataba de abrirse camino en el mercado estadounidense sabiendo que era un proceso a largo plazo. En el caso de España dotaba a la selección de baloncesto de ropa deportiva. Cité entonces a un representante de la empresa que había dicho «el señor Li Ning, siempre dijo que su visión no era construir la Nike china, sino construir una Li-Ning mundial».

Finalmente este lunes, encontré en un suplemento de El País el primer indicio de que China había alcanzado la última etapa. Arrancando con la noticia de que «el Metropolitan Museum de Nueva York centrará su exposición más importante de 2015 en China», descubrimos que China es «el nuevo punto de referencia estético». Estoy seguro que veremos muchos más artículos como ese en el futuro. El cine, la moda y el arte chino serán la punta de lanza de la transformación de la etiqueta «Made in China».

3 respuestas a “La industra china pronto quemará la última etapa

  1. Ciertamente, buen retrato. Efectivamente China va quemando etapas y aquí en España algunos empezamos a notarlo hace un tiempo con la paulatina desaparición del “todo a cien” chino con la aparición de las nuevas tiendas con mejores productos. Incluso han incorporado otro elemento: trabajadores españoles al frente de ellas, de forma que a veces es difícil darse cuenta de que es una tienda “de chinos”. Muestra su voluntad de cambio de etiqueta, como tu dices. Ha ido coincidiendo mas o menos en el tiempo con otros hechos en distintos ámbitos aparentemente inconexos, como la participación china en la vigilancia de la piratería en Somalia (unilateralmente, como India o Rusia), el incremento de su flota y nuevos misiles, el lanzamiento de los últimos cohetes Shenzhou (incluso con mujeres a bordo¡¡),su expansión mundial en busca de recursos, la apertura de su mercado a empresas occidentales, etc., que dan una idea de hacia dónde va China y que logros propios va consiguiendo, porque todo esto tiene un denominador común: requiere tecnología propia. Ya no basta con copiarla, ahora la producen ellos. ¿Qué aún no pueden llegar a…?. Vale, pero están en el camino, y caminan rápido. Por cierto, yo nunca he creído que copiaran tecnología porque no fueran capaces de desarrollarla por ellos mismos. Lo que pasa es que llevaban mucho retraso por su situación política y el tiempo apremiaba: decidieron que es más práctico copiar y luego mejorar lo copiado y a partir de aquí hacer desarrollos propios. Ganaron tiempo y dinero. A fin de cuentas ¿cuàl es el fin del espionaje industrial?. El mismo y a ser posible adelantarse a la competencia. Y no es el único país que ha hecho algo semejante. Ciertamente lograran cambiar su etiqueta, porque paciencia tampoco les falta.

  2. Quizás no está muy lejos el tiempo es que la tecnología china sea copiada. Veremos entonces cómo sienta eso a las empresas chinas 😀

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