Mientras tanto, en Chechenia

El viernes pasado salí en antena en Zona Política, el programa de Univisión Radio que presenta Helen Aguirre, hablando del conflicto de Chechenia y terrorismo.

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El de Chechenia fue un asunto que me llamó la atención desde el principio. El calamitoso asalto a Grozni coincidió con la época en que me suscribí a la revista Time para «mejorar mi inglés». Su coberta de los asuntos internacionales abrió para mí mundo de una forma inaudita antes de tener acceso a Internet. Aún recuerdo aquellas fotos de las calles de Grozni con vehículos rusos reventados. También recuerdo aquellas míticas crónicas del gran Ricardo Ortega. Fue por aquella época en que comencé a interesarme en serio en los asuntos internacionales y seguirle la pista a cosas prometedoras, como atestigua aquel recorte de periódico sobre Bin Laden en 1996.

La Primera Guerra de Chechenia (1994-1996) terminó con unas negociaciones llevadas a cabo por el general Lebed que validó la independencia de facto de Chechenia. Como cuenta Sebastian Smith en Las Montañas de Alá, Chechenia se convirtió en un estado fallido donde la vida de sus habitantes se volvió insoportable por la delincuencia y la violencia. Los antiguos combatientes se volvieron bandidos y la inseguridad desbordó las frontera de Chechenia con la invasión de la vecina república de Daguestán por una fuerza islamista. La falta de apoyos internacionales, más allá de la simpatía turca, volvió receptivos a los chechenos a la llegada de voluntarios islamistas radicales. La causa nacionalista chechena se fue transformando en una lucha yihadista.

Grozi

Una serie de atentados terroristas contra edificios de viviendas de familias de militares en varios lugares de Rusia atribuido a terrorista chechenos sirvió de casus belli para poner fin a la aventura independentista chechena de una vez por todas. Las fuerzas rusas trataron de no repetir los errores de la primera vez y además tomaron la precaución de aplanar Grozni, la capital chechena. Las bajas civiles fueron masivas y las violaciones de los derechos humanos extensas. Años más tarde, una amiga, a la que le pedí que me guardar una caja con libros, vio mis ejemplares de los libros de la periodista rusa Anna Politkovskaya sobre Chechenia y me contó que su hermana trabajaba en la editorial que los había publicado. Alguna se había encargado de recoger a Politkovskaya en Barajas cuando había venido a España. «Dice mi hermana que nadie los lee» dijo mi amiga mirando los libros. Meses después Politkovskaya fue asesinada.

La Segunda Guerra de Chechenia (1999-2000) encumbró a Vladimir Putin y recuperó Chechenia para Rusia. Los combatientes chechenos ya no eran aquellos risueños milicianos que bailaban en círculo frente a la cámara. Ahora eran barbudos yihadistas que ajusticiaban prisioneros. Compensaron sus debilidad táctica con acciones terroristas que se saldaron con gran número de víctimas, como el asalto al teatro Dubrovska de Moscú en 2002 o el secuesto de niños en una escuela de la localidad de Beslán en 2004.

En un fenómeno parecido al de los yihadistas argelinos, los yihadistas chechenos expandieron el alcance de sus objetivos para ser una fuerza regional ante su fracaso local. En 2007 los yihadistas del el Frente del Cáucaso proclamaron el Emirato del Cáucaso, una entidad política tal virtual como a la república chechena que sustituía. El Cáucaso desapareció de los medios occidentales para convertirse en un oscuro conflicto de baja intensidad con esporádicos atentados y acciones violentas en las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingushetia, Osetia del Norte y Kabardino-Balkaria. Sin ir más lejos, hace pocas semanas las fuerzas rusas lanzaron una «operación anti-terrorista» en Osetia del Norte bajo la sombra de la proximidad de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en la vecina Sochi.

Un grupo daguestaní del Frente del Cáucaso se ha desmarcado de los atentados en Boston. Queda pendiente establecer si los hermanos Tamerlán y Džojar Tsarnaev mantuvieron contactos con los grupos yihadistas del Cáucaso mientras se habla de su vinculación con un supuesto grupo «durmiente» en Boston. Helen Aguirre me planteó el viernes en su programa Zona Política cómo dos jóvenes así se habían radicalizado hasta convertirse en terroristas. Eso es algo que trataré mañana aquí.

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13 respuestas a “Mientras tanto, en Chechenia

  1. Interesantísimo, como siempre. Es curioso, hace unos meses me dediqué a ver todos los vídeos que encontré en internet sobre las guerras chechenas. Un conflicto que siempre me llamó la atención por las derrotas rusas (p.ej. la batalla por la cota 776) y su mal equipamiento, comparado con el empleado por los ejércitos occidentales en el Golfo o en Yugoslavia, como por la brutalidad de los rebeldes (cuando atrapaban a soldados rusos, grababan sus asesinatos y mandaban los vídeos a sus familias). Me gustaría saber, Jesús, si puedes ayudarme. Hace mucho que busco dos documentales, creo que eran ambos de Documentos TV, uno sobre la própia guerra de Chechenia y otro sobre el tráfico de armas, donde un español que se dedicaba a ello contaba sus experiencias en los balcanes. ¿Te suenan?. Si los conoces y sabes donde verlos o bajarselos, te estaría muy agradecido. Un saludo.

  2. Brutalidad por todas partes. Entre otras cosas los rusos colapsaron en cuanto a logística y a los soldados no les quedaba otra que ir robando en las granjas. Y como de costumbre junto a los robos, los asesinatos y las violaciones. Con lo que los aldeanos se unían a la guerrilla y al que pillaban. Pues snurff movie al canto.
    Pero al contrario de lo que se suele decir los rusos quedaron muy contentos con los T72, aguantaban mucho castigo salvando a sus tripulaciones. Incluso inmovilizados aguantaban hasta la llegada del rescate.
    Si esas guerras no han salpicado más yo creo que ha sido porque los yijadistas del Caúcaso veían a Occidente como aliado.

  3. Bueno Dani, eso de los T-72… Alguno llegó a aguantar hasta 10 impactos de RPG antes de quedar fuera de combate, pero solo gracias al blindaje reactivo. El problema es que antes de la guerra, muchos soldados desmontaban el explosivo reactivo para venderlo en el mercado negro, algo que sufrieron amargamente las inexpertas tripulaciones que se vieron encerradas en la ratonera de Grozny. Pero ese no era el único quebradero de cabeza que dieron los carros rusos, fallos en los cargadores automáticos, recalentamiento excesivo de los motores en zonas montañosas, las tripulaciones pasaban mucho frío en el interior de los vehículos, las cadenas resbalaban en terreno pedregoso, por no hablar de lo propensos que eran a explotar cuando encajaban un impacto directo en el anillo de la torre. Malas tácticas y un carro mediocre, fracaso seguro.

  4. Con malas tácticas ni aunque hubieran sido M1 o Leopard II. Los fallos que citas son comunes a todos los carros. Aunque en las presentaciones parezcan que son super todo terrenos, tienen sus limitaciones. Y esos motoracos también. Tampoco hay ninguno invulnerable, todos revientan si les dan en el lugar adecuado con la fuerza adecuada.
    Peor fue lo atrasados que estaban en mando y control, y por supuesto en logística.
    Lo de la corrupción; dicen que es tan fuerte que los terroristas que hicieron lo del teatro, llegaron a Moscú sin que nadie les mirara nada a base de ir sobornando a los policías que se encontraban por el camino.

  5. Un gran resumen de las guerra de Chechenia. Recuerdo una frase de una novela de Frederick Forsyth publicada en el 96, El Manifiesto Negro, que aludía sutilmente a este conflicto, decía algo así como «grandes cantidades de hombres lanzados al combate sin importar las perdidas; siempre ha sido así en la historia del ejército ruso» . Aunque fue John le Carré quien escribió, por aquella época, una novela con el fondo de los conflictos caucásicos, Nuestro Juego, en el año 1998 o 99. Ambas recomendables.

  6. Por cierto, aprovecho para publicitar mi recién creado blog sobre relaciones internacionales y geopolítica:
    desequilibriosdinamicos.com

  7. Magnífico articulo¡¡¡ Pero con ese final de «Eso es algo que trataré mañana aquí.» el público espera ansioso la continuación…

  8. Llego tarde para contestar. La cuestión con Documentos TV en que no son documentales de producción propia de RTVE, así que no suelen tenerlos accesibles en su página web, donde ahora se puede ver de todo. La salvación es que el mundo esá lleno de frikis que suben cosas a Youtube.

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