Cinco lecciones de la crisis libia

1. Información.

Los medios de comunicación convencionales han quedado muy por detrás de los acontecimientos. Es lógico, dada la necesidad de corroborar la información y sólo admitir determinadas fuentes. Pero los que nos dedicamos al análisis de información trabajamos con otros criterio (más arte que ciencia).

La impresión que me ha quedado es que los medios de comunicación convencionales han hecho una media entre las declaraciones oficiales del régimen libio y las informaciones procedentes del bando rebelde. El resultado es que han ido anunciando la caída de Masrata varias veces a la semana. Y en el caso de Az Zawiya y Ras Lanuf casi todos los días hasta que finalmente sucedió.

Se notó mucho en los primeros momentos de la revuelta el desfase entre la información que yo recolectaba en FlancoSur y la que los medios de comunicación ofrecían. La situación se reequilibró un tanto tras la entrada masiva de corresponsales occidentales en Cirenaica. Y al menos unos días, mientras se combatía en Ras Lanuf y Mars al-Brega, la información sobre lo que allí sucedía en los medios de comunicación fue relevante.

Una nota curiosa sobre ese desfase informativo: Al Yazira en árabe ha ofrecido más y mejor información que su versión en inglés. Tan sencillo como que ciudadanos libios llamaban y contaban lo que veían con sus ojos. Y sus corresponsales sabían lo que estaba pasando a su alrededor. El anglomundo informativo ya no es referencia.

La imagen definitiva la dio el canal 24h de RTVE hace unas pocas noches. El locutor hablaba mientras en dos pequeños recuadros de la pantalla se veía la señal de los canales NHK y Al Yazira. El mensaje era «Están pasando cosas interesantes pero la información está en otra parte».

2. Acción

Las crisis reflejan el temple de personas… e instituciones. Ha sido interesante ver el «sentido de Estado» que han demostrado países periféricos en el Mediterráneo como Portugal y Turquía. Ambos pusieron todos los medios para evacuar sus ciudadanos en el país. La pequeña comunidad portuguesa fue evacuada en un C-130 Hércules donde quedó espacio para que lo hicieran algunos españoles. La armada turca movilizó media docena de fragatas que escoltaron en diferentes viajes a barcos de pasajeros. Mientras, los ciudadanos españoles se agolpaban el aeropuerto internacional de Trípoli donde se agotaban los víveres y un representante del consulado les decía que «se buscaran la vida». Otro día habrá que contar la historia de cómo Repsol YPF sacó a sus trabajadores (su presidente dijo «si hace falta se traerán a los trabajadores de Libia en bicicleta») en un avión charter mientras el gobierno español dejó pasar los días hasta finalmente mandar un viejo Boeing 707 que ha dado varios sustos en los últimos años a sus pasajeros. El avión tuvo que esperar, por lo visto, en Malta a los permisos pertinentes del gobierno libio, mientras no paraban de entrar y salir aviones de todas las nacionalidades del aeropuerto de Trípoli. Los otros gobiernos, parece, no tuvieron que pedir tantos permisos.

3. Inacción.

Tendrá que llegar el día que en España se tenga un debate serio sobre el papel de las fuerzas armadas. Lo primero que se dispuso para sacar a los ciudadanos españoles de Libia, tarde y mal, fue un avión en el que viajar según alguno «era más peligroso que pasear por las calles de Trípoli». Llegado el momento de aportar medios a una coalición internacional se mandan 4 aviones. Al mismo nivel que potencias globales como Bélgica, Dinamarca y Noruega. ¿Dónde está el portaaviones Príncipe de Asturias? Navegando como puede tras cancelarse el necesario Mid Life Update que con la crisis se da por hecho que nunca llegará.

A los españoles les toman el pelo con el destino de sus impuestos. En plena crisis y con la reducción del empleo público se han sacado muy pocas plazas de soldado. Por lo que para esas pocas plazas habrá muchos candidatos. Aun así el Ministerio de Defensa ha destinado una partida de varios millones de euros para convencer a los parados que se hagan soldados. Un dinero tan bien empleado como ese solitario helicóptero Eurocopter EC-225 del Cuerpo Nacional de Policía para pasear VIPs mientras los GEO lllevan años reclamando tener uno que les pueda permitir desplazarse con sus equipos rápidamente a donde hagan falta.

Lo que sospechamos muchos es que la «falta de presupuesto» se ha convertido en una excusa para no hacer nunca nada porque se perdieron hace tiempo las habilidades y capacidades intelectuales necesarias. Recen los que crean y sepan para que no llegue ese día en que tengamos no ante una crisis que podamos dejar pasar, sino una en la que haya que luchar por vidas españolas. Esos muchos de los que hablaba esperamos que si llega ese momento tengamos todos ya otro pasaporte.

4. Interacción.

Mientras la acción pasaba en las calles de Egipto y la gente transmitía rumores y opiniones boca a boca, los jóvenes subían fotos a Flickr, actualizaban sus perfiles en Facebook y en Twitter. La sociedad civil egipcia entró en ebullición pero a la prensa occidental le encantó decir que Mubarak cayó gracias a una nueva «Twitter Revolution» (¿cuántas llevamos?). La verdad es que los medios de comunicación tuvieron siempre a intelectuales egipcios que entrevistar y en la red los bloggers siempre tuvieron a quien a enlazar.

En Libia sólo hemos tenidos rumores propagados en Twitter y fotos. Ha faltado texto y contexto. Los próximos revolucionarios deberían aprender algo más que hacer pancartas fotogénicas rechazando la ayuda externa y manejar Twitter.

5. Reflexión.

He seguido el debate a ambos lados del espectro político tradicional: Derecha e izquierda. Y el espectáculo no ha sido nada edificante. La derecha conservadora católica nacionalista española, aislacionista e islamófoba, ha olvidado sus ambiciones imperiales de cuando jugó a ser neocón dispuesta a democratizar a los árabes a hostias. De invadir Iraq, acusando al que se oponía de ser amigo de los dictadores, hemos pasado al viejo realismo político de jugar al mal menor. Ahora lo que importa es la estabilidad del Norte de África y mantener a raya a la emigración ilegal y el islamismo. Gaddafi resulta ser un gobernante cabal, garante de la estabilidad.

Que Francia haya asumido un cierto protagonismo político mientras Obama estaba de viaje por Brasil ha sido recibido con cinismo: «Sarkozy está en el fondo jugando a defender los intereses del Estado francés», dicen. «Los franceses siempre van a lo suyo», sentencian. «Es puro electoralismo», rematan. Y cuando uno presta atención, lo que encuentra es el tradicional desprecio al gabacho que sólo refleja envidia y frustación. Ya quisieran ellos poder mandar portaaviones por aquí y paracaidistas por allá para defender una «Grandeur» que España nunca tuvo. Luego uno mira a quienes ocupan los altos cargos en Defensa en España, uniformados o no, y le entra la risa floja. Pero, ¿para qué tener una visión global del mundo? «Como en España no se vive en ninguna parte». Razón de más para olvidarnos de lo que pasa fuera.

¿Y la izquierda? ¡Ah, la izquierda! Paren el mundo que yo me bajo. Qué dolor de cabeza deben tener a estas alturas. ¡Ya no saben cuál de sus prejuicios emplear para formarse una opinión!

Cuando empezaron las revueltas en Libia enseguida corrieron a saludar este nuevo amenecer del pueblo árabe que luchaba por librarse del yugo de un sátrapa que ofrecía tantos negocios con Europa. «¡Occidente permanece impasible mientras masacran al pueblo libio!». ¡Cuántas noticias subidas a Menéame recordando los encuentros compartidos con jefes de gobierno europeos! ¡Cuántas noticias sobre petróleo, inversiones y venta de armas…! Qué sucio era todo lo relacionado con Gaddafi. ¡Qué poco valían las vidas de los libios masacrados comparadas con el petróleo! Sólo Al Qaeda en el Magreb Islámico parecía apoyar con un comunicado las revueltas.

Pero cuando Occidente cambió su postura ante la situación en Libia no les faltó tiempo para descubrir que la república de masas libia era el paraíso en la tierra. El primer país africano en renta per cápita. El primer país africano por Índice de Desarrollo Humano. Una democracia popular. Supimos que Gaddafi había construido hospitales y autopistas. Parecían Pío Moa justificando el franquismo. Gaddafi era todo un campeón antiimperialista. Si EE.UU. quiere acabar con él «algo bueno habrá hecho».

Habíamos estado engañados. El apoyo a la revuelta popular es una maniobra occidental para apropiarse de los recursos petroleros y las reservas de divisas libias. Y, ¿qué revueltas? Donde antes había ciudadanos que habían cogido la armas en una revuelta para luchar contra un dictador ahora teníamos «milicianos» hasta arriba de drogas al servicio de Occidente.

Aquí tienen. Un tal JRMora. Desde el 17 de febrero jamás publicó una viñeta sobre la situación en Libia (las revisé todas). Se aprobó la Zona de Exclusión Aérea sobre Libia. Se desató la euforia en Bengasi. Ondearon banderas de la revolución en la martirizada ciudad de Az Zawiya. Y publica una viñeta con un niño de mirada triste al que le está cayendo encima una bomba. ¿Es demagogo, hipórcrita o idiota? La izquierda perdida cualquier consideración ética ha quedado reducida a una etiqueta vacía meramente estética.

12 respuestas a “Cinco lecciones de la crisis libia

  1. De verdad que quería escribir un comentario inteligente y posmoderno (acorde con el blog), pero me has dejado sin palabras; suerte que ahora mismo estoy «tupida a antidepresivos» que si no me cortaba las venas…

  2. O me mudaba de país, pero como estoy en el paro desde hace 4 (sí, C-U-A-T-R-O) años, esto es económicamente inviable.

  3. Muy buen resumen. Sobre la islamofobia de la derecha, opino que es cierta, pero al menos se basa en un conocimiento de lo que es el Islam, del que carecen algunos islamofilicos de la izquierda.

    La política exterior debe guiarse por los intereses y solo secundariamente por otras razones.

    Sobre la inoperancia de la diplomancia en España……….. sin comentarios.

    Sobre la inoperancia de los militares………… yo diría que se da al más alto nivel, al nivel en el que ya son más políticos que militares. A nivel básico depende de ejércitos o de unidades. La contribución de nuestros cazas ha sido rápida. En esta ocasión el EA ha ganado a la AE. Pero al ET, que ni lo esperen, no merece la pena.

  4. Me gustaría que escribieses algo sobre la naturaleza política de «los rebeldes», porque la prensa no tiene ni dea ¿Qué ideología tienen? ¿Reciben apoyo de Occidente?¿De Al Qaida?¿Son fundamentalistas?¿Monárquicos?¿Está Luke Skywalker entre ellos?

    Dudas…

  5. Sobre los rebeldes y su ideología política se sabe muy poco. En realidad lo que parece es que su base «social» es las tribus del Este del país.

    Los islamistas fueron liquidados mientras occidente miraba para otro lado, así que poca influencia tienen por ahora.

    En principio fue una rebuelta social pidiendo más reparto de los beneficios del petroleo, porque Gadafi favorecía más a la zona occidental de Libia, que es la suya. Y luego parece que pasó a una rebolución del «quitate tu para ponerme yo». De lo poco que parece que han reclamado es democracia y elecciones libres. Pero la cultura política que pueda tener esta gente que ha vivido toda la vida en una Libia «rebolucionaria», es más que dudosa.

  6. Me encantaría decir que tengo totalmente clara la base ideológica de los rebeldes libios. Pero es uno de las grandes incógnitas de esta crisis. Creo que el elemento tribal está bien presente. Y creo que la falta de una verdadera sociedad civil en Libia por la represión del régimen (no hay grandes figuras ni estructuras de la oposición como en Túnez o Egipto) es una de las responsables del «caos político» que reina en el bando rebelde. Eso sí, no me creo nada de lo que dice alguna vieja gloria periodística o alguna figurilla de la blogosfera sobre que los rebeldes son unos yihadistas disimulados.

    Aquí uno y otro artículo sobre los rebeldes.

    Dani: Sobre los muy expertos yihadólogos de la derecha española te diría que no te dejes impresionar por gente que suelta términos en árabe y cita shuras del Corán. Ese conocimiento no sirve de nada si luego demuestran como veo a menudo que ni de ciencia política, sociología o antropología tienen la mas mínima idea. Es algo, por cierto, de lo que tengo pendiente hablar un día por aquí.

    mii: No sé si las difernecias taxonómicas «izquierda» y «derecha» es algo de lo que te preocupan. Yo tengo un debate permanente sobre el asunto. ¿Podemos seguir usando las etiquetas tradicionales de izquierda y derecha para referirnos a lo que somos a pesar de que nos provoquen náuseas lo que digan la gente que se proclaman de izquierda o derecha? Porque podríamos distinguir la teoría, lo que yo con mis conocimientos académicos creo que es la «izquierda», para luego observar a la gente que se proclama de izquierda. Encontraríamos una diferencia notable. Y quizás sea hora de decir que «izquierda es lo que la gente que dice que es de izquierda hace y dice» para nosotros buscar otro espacio político.

    Si te preocupa España, échale un vistazo a lo que ha escrito David de Ugarte sobre el concepto «Descomposición» y busca el concepto «capitalismo de amiguetes».

  7. Yo he dicho conocimiento, y debería haberlo matizado. No es que sea un «buen» conocimiento, pero al menos no es la más pura ignorancia. Pero discrepo contigo, aún el mal conocimiento, es mejor que la ignorancia y más útil. Es como comparar un ingeniero con un mecánico. Uno y otro te pueden hablar de un modelo de coche y ambos con conocimiento de causa, pero obvio, uno mejor informado que el otro.

    Sobre el debate izquierda, perdoname, pero no me interesa lo más mínimo. Toda la izquierda es descendiente de un señor tan impresentable y dogmático como Marx, que según iba cambiando de opinión, decía que la de ese momento era la definitiva.

    Y volviendo a los rebeldes, hay una cosa clara, han demostrado muy poca capacidad organizativa. Ya sea para el combate, ya sea para organizar una representación internacional y en todo lo demás. Si fueran yijadistas esto no hubiera sido así. Esos son como los comunistas de 1936, disciplina y lo que diga el partido, digo el emir de turno.

  8. Dani:

    No toda la izquierda desciende de Marx. Desde los socialistas utópicos a los anarquistas. 1968 es el producto de la ruptura en la izquierda europea con el «socialismo real» y lleva a la aparición de los «Nuevos Movimientos Sociales» que tratan temas (género, sexualidad, racismo, ecologismo) que ya no se definen en términos marxistas.

    Y aún dentro de la izquierda de tradición o influencia marxista existen derivaciones suficientemente amplias que pondrían los pelos de punta a los marxistas ortodoxos y que distan mucho de ser dogmáticas. Por ejemplo el Marxsmo Analítico anglosajón. Así que podemos hablar de neomarxistas, postmarxistas…

    Estoy de acuerdo que en parte de la llamada «izquierda» existe un profundo desconocimiento de lo que supone el islamismo político. Occidentales cuyo pellejo no valdría dos duros en Arabia Saudita o Irán pretenden dar cancha en Occidente a quienes acabarían con el régimen de libertades que disponemos.

    Dicho lo cual, no voy a dar nombres aunque ya di estopa en este blog a algún autoproclomado experto en terrorismo yihadista, daría para largo y tendido desmenuzar las afirmaciones y análisis de algunos que parecen muy sesudos analistas y cuyos prejuicios no les deja ver más allá de la punta de su nariz.

  9. ola a todos, para empezar soy sargento de infanteria de marina y tengo amigos destinados en la fragata f100 que partio a aguas libias y os puedo asegurar que tanto españa como francia y etc… lo que tienen en libia son interesesequonomicos a los cuales las fuerzas armadas han de responder es su defensa, españa lo mas probable es que tenga intereses petrolificos y francia vete saber y que el gobierno y la otan pongan de escusa proteger civiles no se lo cree nadie o acaso estando en crisis se va a gastar dinero en mantenimiento de cazas y barcos. gracias y lo digo sin animo de ofender

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