Y la política exterior española descubrió África

El pasado lunes el presidente del gobierno dio un discurso en un acto organizado por el Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos con la colaboración de la Fundación CIDOB, la Fundación para las Relaciones Internacionales (FRIDE), el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI) y el Instituto de Cuestiones Internacionales y de Política Exterior (INCIPE). Ante tal ensalada de siglas tienta hablar una vez más de esos think tanks españoles que son como cascarones vacíos, de esas desangeladas páginas web 1.0 sin actualizar o de sus puestos de becario para licenciados por 500 euros al mes. Pero el contenido del discurso dado por Rodríguez Zapatero es tan transcedente que casi podemos decir que por fin la política exterior española mira al siglo XXI.

El País destaca que África y Asia serán las prioridades de la política exterior española. Teniendo en cuenta la importancia que tienen y tendrán Europa e Iberoamérica para España decir que los cuatro continentes serán importantes para España no dice mucho. Enumerar la pobreza, la construcción de la paz, las migraciones, el cambio climático y la energía como «los grandes desafíos a la gobernabilidad internacional» tampoco aporta mucho más. Pero leyendo el contenido del discurso encontramos que desde el gobierno de España se ha asumido los desafíos del nuevo nuevo mundo del que llevamos hablando aquí hace ya mucho tiempo.

Me alegra ver que se comprenda que las amenazas presentes a la paz parten de «fuerzas a medio camino entre las guerrillas, el terrorismo y el crimen organizado». y que el escenario más habitual de los conflictos son «Estados débiles, que apenas son capaces de ejercer un mínimo control sobre sus territorios», en la línea de lo que decíamos aquí en la primavera y en el verano de 2006.

Me llama la atención que sea para esta Legislatura cuando se alcance el objetivo histórico del 0,7% del P.I.B. en ayudal al desarrollo. Pero al menos, más allá de objetivos vagos y generales en la lucha contra la pobreza, se vaya a organizar este otoño en España «una Conferencia de Alto Nivel sobre la crisis de alimentos que dé continuidad a la de Roma y asuma compromisos concretos». Mientras en España se encarece la cesta de la compra para países como Mauritania se trata de una cuestión muy seria que hace necesario organizar un gobierno de unidad nacional.

En marzo de 2005 acuñé el término «Flanco Sur Profundo» para expresar la idea de que España debía mirar más al sur de Marruecos y Argelia. Una zona cuyos conflictos y problemas terminarían por afectar territorio español. Ver que África aparece en el horizonte de la política exterior española me alegra. Y más cuando se trata de establecer un nuevo Plan África (tenía pendiente una crítica al viejo) y centrar los esfuerzos en África Occidental, el Sahel y Guinea Ecuatorial.

Queda por ver los instrumentos de esa nueva acción española en el Flanco Sur Profundo. Pero es importante que la cooperación internacional se entienda como un impulso de la lucha de los propios africanos, de muchos de sus gobiernos y organizaciones. Que no se trata sólo de ayuda al desarrollo, sino de comerciar. Lo que hace imperativo revisar las políticas que en la UE y en el marco de la OMC podrían ampliar las posibilidades de exportación de los países africanos.

Tras todo este autobombo, a ver cuánto nos dura la alegría.

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