Ajedrez en el Cáucaso

A estas alturas todo el mundo está enterado sobre lo que pasa en Georgia. Hasta que pasen unos días no sabremos cuánta de la información que nos llega es pura propaganda.

Como no voy a entrar en un relato de lo sucedido me limitaré a hacer el obligado apunte breve con claves a tener en cuenta, marca de la casa:

Osetia del Sur es uno de esos territorios (como Abjazia, la Krajina, Chechenia, Kosovo o Nagorno-Karabaj) de los que jamás habíamos oído hablar hasta el fin de la Guerra Fría. Como parte de la lógica de dominación de la metrópoli rusa sobre una infinidad de pueblos euroasiáticos las fronteras internas de la Unión Soviética se establecieron de forma aparentemente caprichosa pero con el objetivo de dividir grupos étnicos o establecer cuñas que apuntasen al corazón de territorios. Se creó así la bomba de relojería perfecta para que los políticos populistas y chovinistas de turno montaran pequeñas guerras sangrientas y terribles. De esta manera la región septentrional de Osetia quedó dentro de la Federación Rusa y Osetia meridional lquedó en Georgia.

En 2003 tuvo lugar en Georgia una de las Revoluciones de Colores que provocó un cambio de alineamiento en la escena internacional. El nuevo gobierno georgiano acudió a EE.UU. en busca de ayuda militar y apoyo en la arena internacional. De tal manera Georgia está hoy a las puertas de la OTAN y sus fuerzas armadas reciben entrenamiento por parte de una misión militar estadounidense en el país.

Por su parte Georgia tiene desplegado un contigente pequeño en tamaño, pero relativamente importante para el tamaño de sus fuerzas armadas, en Iraq. Una forma practicada por países como Polonia, Rumanía, Ucrania o Mongolia de colocarse bajo paraguas estadounidense de cara a terceros y convertirse en receptor de ayuda militar. Además, Georgia se convirtió en el tercer elemento del eje de aliados estadounidenses en la región. Eje que responde al trazado del oleoducto BTC, con el que los hidrocarburos del Mar Caspio llegan a Occidente evitando Rusia, Armenia e Irán.

Ahora que las fuerzas rusas han expulsado a las tropas georgianas de Osetia del Sur y se adentran en el interior de Georgia queda ver dónde establecerá Washington su «línea roja». Y cuánto durará el entusiasmo proocidental del pueblo georgiano, ahora que se ha quedado solo. ¿Iremos hacia una nueva Yalta donde Washington cederá el Cáucaso a Moscú a cambio de una postura pragmática de hechos consumados en Kosovo?

Sobre el asunto han escrito:

Luis Solana: «¡Eso no es una guerra!».

El Alijar: «Jaque a la dama rusa»

Guerra y Paz: «Un mapa de Georgia y Osetia del Sur» y «Georgia, Rusia y Osetia».

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