Bono, viajante de comercio

El ministro de Defensa, José Bono, visitó esta semana Libia. Para los que le hayan perdido la pista en los últimos años al país magrebí han de saber que tras el 11-S el régimen de Gaddafi ha hecho esfuerzos por ser un miembro respetable de la comunidad internacional. Renunció a su programa de «armas de destrucción masiva» e indemnizó a las víctimas de atentados terroristas organizados por sus servicios secretos.

Algunos dicen que el repentino cambio de la política libia fue producto del temor de Gaddafi a seguir a Saddam Hussein en la lista de los afanes estadounidenses de llevar la democracia al mundo árabe por las bravas.

El hecho es que tras la caída del Muro de Berlín el régimen libio se vio aislado internacionalmente al desaparecer el bloque comunista. Las fuerzas armadas libias, sobredimensionadas para la base demográfica del país, quedaron privadas del personal extranjero, repuestos y acceso a equipos modernos. Sinceros o no los deseos de Gaddafi de ser un miembro respetable de la comunidad internacional, EE.UU. y la Unión Europea han hecho cola para volver hacer negocios con Libia. Por un lado el país posee yacimientos de petróleo de buena calidad. Por otro, tiene unas fuerzas armadas decrépitas que quedaron tecnológicamente ancladas en los años 70 y que necesitan una modernización.

Italia ha sido el primer país de la Unión Europea cuyas empresas de defensa firmaron un contrato con Libia tras la nueva política exterior del régimen. En el viaje de Bono una parte importante ha sido la promoción de la industria española de defensa. De un tiempo a esta parte el ministro de Defensa se ha convertido en su primer agente comercial. En el caso de Libia se trata de una carrera entre los países europeos bajo la consigna «tonto el último». En un caso como el libio no dejan de quedar dudas en el aire. ¿Realmente es significativo comerciar o no con un país que no cumple unos estándares «occidentales» en derechos humanos? ¿En qué manera influir entonces en el desarrollo político de esos países? ¿Hay alguna otra alternativa a la política de mantener el status-quo de los actuales regímenes frente a la amenaza yihadista?

Lo irónico es leer críticas al viaje de Bono provenientes de los de siempre. La noticia me ha hecho recordar una foto que tenía guardada en el disco duro. Sabía yo que algún día la iba a echar en falta.

Aznar y Gaddafi

La frase:

Preguntado por las causas que le han llevado a realizar este viaje mientras se opone a cualquier apoyo al régimen cubano de Fidel Castro, Aznar dijo que «Libia hace exactamente el camino contrario a Cuba, y eso –precisó– conviene saberlo».

Menudo país sería este sin las hemerotecas.

3 respuestas a “Bono, viajante de comercio

  1. Eso es lo que les duele a los que propician la amnesia como norma. Tal vez con la esperanza de que si ellos se olvidan del pasado reciente, el resto del personal tb. Pero ahora hay guerreros postmodernistas con buena memoria, pruebas documentales, ágil pluma y blog propio. ¡Los eraseadores han perdido la batalla!.

  2. Ya sabes, Lobo, para Aznar la realidad es una convencion, y la hemeroteca algo inexistente.

    Les da igual no decir la verdad, repiten sus mentiras hasta la saciedad y de formatan coordinada que los hechos no son importantes.

    Sus medios de comunicacion y sus votantes se lo premian, eso es que estaran en el buen camino.

  3. Creo que ocurre algo con la página, y no se ven las primeras sílabas de cada línea.

    Volveré para leerlo todo.

    Saludos cordiales

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